RESPIRACIÓN CIRCULAR
     

La respiración circular nos permite, a través de una correcta coordinación muscular, expulsar aire a través de los labios ininterrumpidamente, incluso en el momento en que inspiramos por la nariz.

Es fácil creer que se trata de un movimiento muy complicado de realizar, pero esto no es cierto; es un ejercicio más simple de lo que en principio puede parecer. Los aborígenes de Australia la han utilizado durante miles de años para emitir el típico sonido contínuo del didgeridoo.

Si quieres practicar la respiración circular para tocar el didgeridoo, te será de ayuda la práctica con el instrumento de lo que se denomina drone o sonido base e ir familiarizándote y conectando con los músculos y partes internas de tu cuerpo que usas en tu respiración: el diafragma, fosas nasales, faringe, glotis, etc.

En primer lugar y antes de hablar de respiración circular, es conveniente comentar brevemente en qué consiste la respiración diafragmática, que es la utilizada en técnicas de relajación, meditación, yoga y demás disciplinas afines. Sólo el hecho de practicar y ejercitar esta manera de respirar se convierte en un potente antiestrés.

En la respiración diafragmática, el aire que inspiramos (entrada del aire) se almacena fundamentalmente en la parte baja de nuestros pulmones, de modo que el diafragma tiende a moverse hacia la zona abdominal, haciendo que el vientre, por desplazamiento, aumente un poco su tamaño.

Disponte para un estado de relajación, respira suavemente y comienza a ser consciente del movimiento de tu diafragma en la respiración, de manera que la zona alta del pecho apenas se mueve, sino que es el vientre el que sentimos desplazarse un poco hacia afuera cuando entra el aire a los pulmones y hacia adentro cuando el aire sale de éstos.

Estamos acostumbrados a no prestar atención al movimiento de los músculos que hacen posible la respiración. Simplemente respiramos, sin más y nuestro cerebro ordena este movimiento de manera automática. En los humanos se trata de un acto reflejo, de forma que si sufrimos un desmayo, nuestro sistema respiratorio sigue funcionando inalteradamente. Hay especies como el delfín, que de perder la consciencia mueren por asfixia. Con este ejemplo podemos entender que nuestro movimiento respiratorio tiene una raíz profunda y el hecho de tratar de modificar mínimamente alguno de ellos, al principio puede resultar desconcertante. Pero empecemos a jugar, ¡rompamos nuestros propios esquemas!

El objetivo es conseguir hacer un sonido ininterrumpido con el didgeridoo y para ello has de conseguir soplar ininterrumpidamente, incluso en el instante en que estás inspirando, es decir, también cuando estás volviendo a llenar de aire tus pulmones a través de la nariz, debes estar expulsando aire por los labios. Tras esta breve explicación es posible que tu mente empiece a disparar dudas: ¿y eso será posible?. Desde luego que sí.

Inspiraremos siempre por la nariz y espiraremos por la boca, manteniendo el drone, es decir, la vibración en los labios con la que conseguimos el sonido base. Aunque al principio nos concentraremos sólo en la coordinación de los mofletes y la lengua que están expulsando el aire en el momento en que entra aire a los pulmones por la nariz y el diafragma que hace entrar y salir el aire de nosotros.

A continuación se explican algunas prácticas que pueden servir de guía. No es necesario que lo hagas dentro del didge, pues en principio vamos a observar sólo la coordinación muscular que requiere la respiración circular y más adelante lo aplicaremos al sonido.

1. Hincha tus mofletes al máximo y mantenlos así, llenos de aire unos instantes. Siente la presión dentro de la boca y también en tus labios. Juega un poco con ese aire ahí adentro y respira por la nariz manteniendo el aire en la boca. Incluso mueve tu cuerpo, los brazos, el cuello,... sintiendo la boca llena de aire.

2. Bien, deshincha y vuelve a hinchar algunas veces.

3. Vuelve a la práctica del punto 1, pero detente en el momento en que tomas aire por la nariz y justo cuando empiezas a hinchar los pulmones, deja escapar todo el aire que tienes almacenado en la boca. Así, sin más. ¿Y qué ha sucedido? Pues justo lo que buscábamos, el momento en que está entrando aire a los pulmones y saliendo por la boca, sólo que al principio es tan corto que es casi imperceptible.

4. Repite el ejercicio anterior, pero ahora trata de hacer más presión en tus labios para retener un poco más el aire dentro y otra vez, en el momento en que llenas los pulmones desde la nariz, con la boca llena de aire, trata de hacer salir un poco de aire empujando con los mofletes. Puedes ir haciendo que también la lengua se desplace hacia delante para ayudar a empujar el aire hacia fuera. Observa si el resto de tu cuerpo está relajado y continúa haciendo estos ejercicios lentamente. Intenta primero hacer que el aire de tu boca salga más lentamente mientras entra el aire a tus pulmones por la nariz y después tratar de ir enlazando inspiración y espiración manteniendo hinchados los mofletes.

Siente el movimiento de la glotis en el proceso de entrada y salida de aire de los pulmones al llenarse y al empujar el aire desde los pulmones hacia fuera.

No trates de conseguirlo en un momentito. Tómatelo con calma, date el gusto de relajarte. Igual es momento de darte un respiro, aunque a lo mejor a estas alturas ya estás hiperoxigenad@... no sería raro.

Si ya te ves con "alientos" para continuar, ahora puedes poner esto en práctica con el didgeridoo.

 

Resumiendo: se trata de almacenar aire en los mofletes, comenzar el drone, e ir soltando este aire en el momento en que tomas nuevo aire por la nariz. Eso sí, sin dejar de hacer el drone, o sonido base, aunque en tus primeros ejercicios no te preocupes de cómo suena, sino sólo de la coordinación del movimiento de estar expulsando el aire almacenado en los mofletes al tiempo que entra el aire a los pulmones desde la nariz. Quizás sea necesario que te concentres un poco, pues los movimientos son algo distintos a la respiración habitual. Relaja al máximo todo tu cuerpo excepto las partes que necesariamente tienen que moverse: diafragma, mofletes, los labios,... pero fíjate en que tu cuello, tu espalda, brazos, piernas, músculos de la cara, etc., estén relajados. Así ahorras energía y la aplicas sólo donde tienes que aplicarla.

Trata de que la cantidad de aire que hay en tus pulmones esté entre un 70% y 30% de su capacidad. No los hinches a tope ni apures el aire hasta el final, sino que sea una cantidad de aire lo más parecida a la que tendrías en tu respiración normal.

Puedes hacer un sonido lineal o dejar que la propia respiración se encargue de ir marcando su propio ritmo. Tu sonido te va comunicando qué y cómo se mueve tu cuerpo desde dentro.

Hay algunos ejercicios conocidos que pueden ser útiles o que pueden ayudar a entender más rápido en qué consiste la respiración circular, por ejemplo el de la pajita en el vaso de agua, que consiste en lo siguiente:

Llena un vaso de agua hasta algo más de la mitad e introduce una pajita. Comienza a soplar suavemente y observa el flujo de burbujas que se forma. Trata de hacer la práctica que planteamos más arriba (punto 4) e intenta que la corriente de burbujas no deje de fluir.

Después de conseguirlo con la pajita puedes empezar a practicar con un tubo de pvc y un cubo de lleno de agua. Esto hará que desarrolles mejor tu musculatura bucal, pero no olvides que para tocar el didge es preferible la precisión y la destreza que una gran presión o cantidad de sonido. Busca un estilo equilibrado.

Autor: Luis Lumbreras

 

www.didgeridoo.es

2006 © www.didgeridoo.es

Home

Respiración circular
FORO
Musicoterapia
+Didge
Curiosidades
Enlaces
Fotogalerías: 1-2-3
Contacto